- Los colegiados del COAVA se han decantado por la obra proyectada por Ramón Pérez Lozana, frente al edificio de los Sindicatos de la Plaza de Madrid y la Fábrica de Tableros de Fibras (TAFISA)
- El colegio vallisoletano, que ha realizado esta encuesta entre los arquitectos de la ciudad por segundo año consecutivo, colocará la distinción el 7 de octubre
Los arquitectos de Valladolid han elegido el Cinema Roxy para que reciba la placa DOCOMOMO que el Colegio de Arquitectos de Valladolid (COAVA) colocará este año en el Día Mundial de la Arquitectura, el 7 de octubre. DOCOMOMO son las siglas de la ‘Fundación Internacional para la Documentación, Valoración, Difusión y Conservación del Patrimonio Histórico de la Arquitectura y el Urbanismo del Movimiento’, y sus placas acreditan internacionalmente el valor patrimonial del edificio donde son colocadas. Por segundo año consecutivo, el COAVA lanzó una encuesta entre sus colegiados para que seleccionaran un inmueble de entre tres obras pertenecientes al registro DOCOMOMO. Los arquitectos de Valladolid se han decantado por el edificio que proyectó Ramón Pérez Lozana en 1932, frente al edificio de los Sindicatos de la Plaza de Madrid (Julio González Martín) y la Fábrica de Tableros de Fibras TAFISA (Antonio Vallejo Acebedo y Santiago de la Fuente Viqueira).
El valor histórico del Cinema Roxy, actual Casino de la calle María de Molina, reside en la incorporación a Valladolid del lenguaje de la arquitectura del Movimiento Moderno. “El edificio es una metáfora maquinista y uno de los primeros que contó con el nuevo tipo dedicado a proyecciones de cine”, asegura el representante de DOCOMOMO en el COAVA, coordinador del Área de Teoría de la Arquitectura de la UVa y profesor de la Escuela de Arquitectura de Valladolid, Daniel Villalobos.
De cine a casino
El arquitecto Ramón Pérez Lozana proyectó el conocido como Cinema Roxy en 1932 con una sala de butacas en la planta baja para 294 espectadores y un anfiteatro en la principal para 178. En el año 1995 se llevó a cabo una remodelación con el fin de crear una segunda sala para la proyección simultánea de dos películas distintas y, así, poder adaptar el edificio a los nuevos tiempos, en los que se producían más películas, si bien había menos espectadores para cada una ellas. Esta remodelación permitió que ‘El Roxy’ sobreviviera dos décadas más, pero con la llegada de los multicines terminó por cerrar sus puertas.
Tras el cese de la actividad del edificio como cinematógrafo, el arquitecto José Ignacio Izquierdo Galerón realizó un proyecto de adaptación a casino, donde se conjugan la protección del patrimonio edificado y la memoria colectiva con las actuales necesidades funcionales, sociales y económicas. De esta manera en la fachada solamente se han realizado labores de limpieza general y reparación de los elementos deteriorados con el objetivo de conservar y poner en valor las características arquitectónicas y formales originales.
En cuanto al interior, las remodelaciones se han orientado hacia el nuevo uso del edificio, aunque conservando la situación de algunos elementos, como por ejemplo las escaleras. Cuando se llevó a cabo la remodelación, al retirar el suelo del antiguo cine, José Ignacio Izquierdo Galerón descubrió un pozo de más de 12 metros del siglo XVII. Y es que el solar del cinema Roxy formó parte __según el plano de Ventura Seco de 1738__ de una franja de huertas que bajaban desde la esquina de la actual calle Doctrinos hasta casi el Pisuerga. La Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de Valladolid decidió que el pozo se conservase, por lo que se encuentra perfectamente integrado el espacio principal de sala de juegos y apuestas del casino.
Edificios de Sindicatos
El arquitecto Julio González Martín proyectó en 1959 este edificio que se levantó en la esquina de la calle Dos de Mayo con Divina Pastora. “La obra añade al paisaje urbano condiciones propias de la entonces nueva arquitectura moderna: volumetría austera, asimetría de sus partes y una utilización brillante de los materiales”, describe Villalobos, quien añade: “Factores todos que expresan su compromiso funcionalista”.
Tafisa. Dos naves y edificio de oficinas para la fábrica de tableros de fibras
Este conjunto de Fábrica de tableros de fibras TAFISA, 1962-1965, es uno de los tres registros DOCOMOMO de arquitectura industrial en Valladolid y de los seis seleccionados por la Comisión Externa de DOCOMOMO. “Sus arquitectos, Antonio Vallejo Acebedo y Santiago de la Fuente Viqueira, en esta obra se vieron influenciados por los principios del Movimiento Moderno difundidos por Le Corbusier, siendo su edificio de oficinas el único de la ciudad donde se aplica la idea de edificio elevado sobre pilotis. En sus dos naves se manifiesta una estricta adecuación entre función, forma y estructura”, afirma Villalobos, quien pone de manifiesto “la excelencia de su sistema de iluminación natural en sus espacios de trabajo”.
Placas DOCOMOMO en Valladolid
La Fundación DOCOMOMO se fundó en París en 1990, y se organizó en 1994 con sede en Barcelona como DOCOMOMO Ibérico, integrando el estudio de la arquitectura de España y Portugal de ese período. El COAVA arrancó con la primera colocación de una placa DOCOMOMO en Valladolid en el año 2012 en el Colegio Apostólico de los Padres Dominicos (1952-1957) de Miguel Fisac; al año siguiente, en 2013, colocaron otra placa en el Mercado Central de Abastos de Valladolid (1965-1966) de Juan A. Aguiló Villahermosa y Ángel Valdés Martínez (actualmente Centro Integrado de Equipamientos), sito en la calle Cigüeña y Tórtola; en 2014, en el Matadero Municipal de Valladolid (1931-1936), de Alberto Colomina y Botí, ingeniero; en 2015, en las Escuelas Graduadas (Colegio Público San Fernando) (1932-1950), de Joaquín Muro Antón; en 2016 en el Colegio San Agustín (1959-1961), de Cecilio Sánchez-Robles; en 2017, en el Colegio Internado Sagrada Familia (1963-1967), de Antonio Vallejo Álvarez, Antonio Vallejo Acevedo y Fernando Ramírez de Dampierre; y el año pasado, en 2018, en el Hogar Nacional–Sindicalista del barrio de Las Delicias (1937), de Jesús Carrasco Muñoz. Además, el Colegio de Cristo Rey también cuenta con otra placa DOCOMOMO que instaló el propio colegio en 2015.