- El arquitecto ofrecerá el próximo 2 de noviembre la segunda de las conferencias organizadas en el marco del Día de la Arquitectura
Daniel Villalobos conoce muy bien el patrimonio del movimiento moderno en Valladolid. No en vano, este doctor en Arquitectura y profesor en la Universidad de Valladolid, se ha encargado de catalogar los edificios de Castilla y León para el Registro DOCOMOMO Ibérico. Además, fue el impulsor de la iniciativa de proteger estas obras en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), lo que hace de Valladolid una de las pocas ciudades en España en preservar dentro del PGOU este tipo de construcciones.
Villalobos, que en su labor como profesor e investigador ha publicado más de quince libros y numerosos artículos sobre arquitectura en revistas especializadas, participa en las actividades programadas desde el Colegio de Arquitectos de Valladolid (COAVA) con motivo del Día de la Arquitectura. El próximo 2 de noviembre a las 20.00 horas ofrecerá en el Museo Patio Herreriano la charla ‘Registro DOCOMOMO Ibérico Valladolid: Un patrimonio protegido’.
- El tema de la exposición del COAVA es la mirada de los arquitectos a la arquitectura del movimiento moderno. ¿Cómo puede la fotografía mostrar la esencia de este tipo de edificios?
Desde la principal realidad de la arquitectura, cuya esencia es el espacio, una fotografía podría parecer que carece de la posibilidad de introducir al espectador en él, de trasmitir su sustancia envolvente y protectora, donde los encuentros de la luz con las formas, en su recorrido arquitectónico, llegan a trasladan emoción al espectador. Sin embargo, el aporte estético y de sensación arquitectónica que puede captar el fotógrafo pasando un espacio arquitectónico, o su volumen, a una imagen fotográfica plana, llega a veces a sugerir la fuerza que posee este auténtico arte que es la arquitectura y su capacidad de emocionar al espectador más allá de los esenciales, prácticos y necesarios valores funcionales.
- El movimiento moderno pasa bastante desapercibido para los ciudadanos, que suelen atender más a obras de siglos anteriores. ¿Qué hace especial a los edificios del siglo XX?
El estar dentro de un contexto histórico cercano en el tiempo, e incluso similar en muchos casos, inmediato a propias necesidades como sociedad que precisa de edificios para su uso personal y el de sus instituciones, a la vez heredado de la reciente historia de nuestras generaciones precedente. El saber que esos arquitectos del siglo XX, concretamente los del Movimiento Moderno -entre 1925 y 1965/75- aportaron una voluntad decidida de romper con una tradición, regionalista, clasicista o simplemente historicista, en la cual, la arquitectura estaba atrapada entre lenguajes pasados, ornamentos innecesarios y principios como simetría, orden jerárquico irracional de sus elementos, que ataban injustamente su libertad creativa.
- Como experto en el registro DOCOMOMO Ibérico en Valladolid, ¿qué edificios le parecen los más destacados en la ciudad?
Para esta respuesta, en la selección querría incluir todas las arquitecturas aún existentes en nuestra ciudad, valorando de modo paralelo y atemporal los mejores ejemplos que ha aportado la historia, lejana o reciente. Dos propongo para mí indiscutibles: el espacio que Juan de Herrera a finales del siglo XVI proyectó para la cuarta colegiata, después catedral de Valladolid, construido únicamente su mitad, y la iglesia de Miguel Fisac para el Colegio Apostólico de los P.P. Dominicos en el Camino de las de las Arcas Reales, espacio que obtuvo en 1954 la Medalla de Oro de la Exposición Internacional del Arte Sacro en Viena. Un ilusorio diálogo entre los dos arquitectos, a los que les separó cuatro siglos de historia, estoy convencido que sugeriría que las necesidades y recursos espaciales y simbólicos de ambos al diseñar estos espacios fueron muy comunes. Sus elementos son los mismos, materialidad y luz, búsqueda de limpieza y sinceridad constructiva, austeridad y, sobre todo, la capacidad de sugestión y sensación que llega a provocar en sus usuarios y visitantes.
- Y sobre la exposición de Patio Herreriano, ¿cree que los autores de las fotografías han logrado reflejar el valor patrimonial de las obras representadas?
Sin duda alguna, sí. Las fotografías expuestas en el Patio Herreriano, abiertas a un público heterogéneo, además de ser derivadas de una excelente idea de exposición-concurso promovida por el Colegio Oficial de Arquitectos de Valladolid, son el resultado de miradas precisas de arquitecto a estos edificios modernos, analizados en sus detalles; edificios con diferentes estados de conservación, desde aquellos perfectamente cuidados a otros incluso abandonados en donde se trasladan sensaciones desilusionantes. Pero todas estas fotografías muestran los valores más singulares y representativos de las obras, tanto estructurales, compositivos o estéticos, resaltando las mejores intenciones de sus arquitectos, valores vistos por otros arquitectos y mostrados para un disfrute social. Son imágenes que rubrican a estas arquitecturas como Patrimonio a considerar, difundir, respetar, conservar y disfrutar.