La Sala 0 del Museo Patio Herreriano acoge durante dos meses la exposición ‘Reciclajes Domésticos’ que reúne una serie de proyectos de reforma de vivienda firmados por arquitectos vallisoletanos en el que se puede contemplar el antes y el después de las casas. La muestra se desarrolla en el marco de las actividades organizadas por el COAVA con motivo del Día de la Arquitectura 2024.
En este ámbito, el jueves 17 de octubre se celebra a las 20.00 horas una mesa redonda en la que algunos de los arquitectos que exponen sus obras en esta muestra debatirán, entre otros aspectos, sobre cómo enfrentarse a este tipo de proyectos, las nuevas relaciones con los clientes, las estrategias de intervención en función de la tipología de los edificios y la relación constructiva entre el soporte y las intenciones.
Los arquitectos Jesús de los Ojos (OAestudio), Javier Sánchez (Búho Arquitectos), Sergio Murillo y David Hernández (Murillo y Hernández Arquitectos) y Raquel Álvarez Arce, ponentes en la mesa redonda, responden a una serie de cuestiones antes de la celebración del encuentro.
- A la hora de abordar un proyecto, ¿le atraen más las reformas o empezar de cero? ¿Por qué?
Jesús de los Ojos.- Me atraen los dos de la misma manera. Siempre encuentro alguna manera de engancharme con el proyecto, de divertirme o de investigar. En una reforma hay que tener más en cuenta temas de la domesticidad, de la intimidad de las personas, cosas muy del día a día. En una obra nueva, tienes que tener en cuenta otros aspectos como la forma exterior de la vivienda, que en una reforma no puedes tocar.
Javier Sánchez.- Depende casi más del proyecto que de otra cosa. Las reformas de vivienda son más o menos convencionales. Lo que te pide el cliente es más o menos lo mismo. Las reformas de edificios públicos tienen más interés porque los programas son más amplios o diferentes. Una vivienda al final acaba siendo una serie de piezas: un salón, una cocina, una serie de dormitorios, que son los que hay que cumplir. Y luego ahí ya te tienes que adaptar a la estructura de la vivienda.
Sergio Murillo/David Hernández-. Depende del espacio de intervención y del entorno, normalmente para nosotros suele ser más atractivo y más delicado intervenir en espacios ya existentes, con reformas o rehabilitaciones, que en obra nueva.
Raquel Álvarez Arce.- Por conciencia, prefiero reformar viviendas, porque tenemos un parque de viviendas extensísimo y no tiene ningún sentido construir a mayores cuando podemos reformar y adaptar lo que tenemos a los modos de vida actuales. Los dos problemas son divertidos, hacer una casa de cero, también.
- La exposición ‘Reciclajes Domésticos’ se centra en la adaptación de las viviendas a los modos de vida contemporáneos. ¿En qué se diferencia una vivienda actual de una de hace 50 años?
J.O.- Ha cambiado la fórmula de vida. Una de las que yo he reformado era una vivienda de militares y tenía siete habitaciones pequeñas, una para cada hijo. Ya no hay ese tipo de familias, pero también es un tema de la flexibilidad. Hay más espacios comunes, ya no hay miedo a que el comedor, la cocina, el salón y el escritorio de trabajo esté todo unido. El tema de la individualidad, de que cada uno tuviera su espacio, se ha ido perdiendo un poco. Las cosas son más abiertas.
J.S.- Sí, es un reflejo de cómo ha cambiado la sociedad hace 50 años. Antes las familias tenían muchos hijos y las viviendas era muy pequeñitas, muy compartimentadas, el salón era pasante y era como un gran vestíbulo por el que accedían a las otras habitaciones. Encontrábamos pasillos muy largos porque se construía siempre con piezas independientes. Ahora las familias son más pequeñas y la manera de vivir es diferente, se potencia mucho la vida en común, la relación entre padres e hijos.
S.M./D.H.- Fundamentalmente en aprovechar y optimizar el espacio al máximo, evitar espacios muertos como son los pasillos y potenciar las sensaciones de luminosidad y amplitud, con espacios abiertos y flexibles. Se concibe la vivienda como un todo.
R.A.- Hay una diferencia muy grande. Muchas de las casas antiguas tienen espacio para el servicio y yo no tengo interna en casa. Y también los modos de vida han cambiado, hay espacios para trabajar en casa, o la forma de crianza, que ya es más, poco a poco va siendo más compartida. Entonces, estamos usando espacios más comunes, no se compartimenta tanto. Es una solución que se adapte más a las dinámicas de cada familia. entonces separar la cocina de los, descerrar a la mujer a la cocina como decía, ya no no vale entonces bueno se han cambiado formas de vida evidentemente que ya empezaron en los 70.
- ¿Qué particularidad tiene el proyecto que expone en esta muestra?
J.O.- Tenemos tres propuestas y el elemento común es la artesanía. Son proyectos que tienen mucha definición de mobiliario, que necesitan el trabajo de ebanistas, carpinteros y una dirección de obra casi diaria. Evidentemente hay determinadas cosas que se hacen con productos del mercado, como el pladur o el aislamiento, pero luego la configuración de todos los espacios, de todos los elementos que se ven son artesanías, no son prefabricados. Son muebles personalizados y de diseño en cada una de las viviendas.
J.S.- Hay dos viviendas. Una de ellas es muy alargada y tenía un pasillo de unos 15 metros. Para hacer la relación de los dormitorios de los hijos con el resto de la vida común los abrimos al propio pasillo para quitarle longitud, además la habitación que hay al final del pasillo se elimina y con eso quitamos varios metros más de pasillo creando una zona de trabajo común. La vivienda, se divide con tabiques móviles, de modo que la flexibilidad se trata de maneras muy diferentes. La otra es una vivienda es un dúplex y una de sus características es que parte del suelo es de cristal. No es por capricho, sino porque la parte de arriba es una bajocubierta que resulta un poco angosta y oscura, mientras que abajo hay un balcón muy bonito sobre una plaza ajardinada. El truco de cristal lo que hace es abrir la ventana a las dos plantas.
S.M./dD.H.- En la vivienda de Parquesol hemos reflexionado mucho sobre la sencillez de los espacios generando un ambiente limpio y amplio. En la vivienda del paseo Zorrilla buscábamos aprovechar al máximo el espacio generando sensación de amplitud-luminosidad en la zona de día y potenciando flexibilidad a las estancias.
R.A.- Tenemos dos proyectos. Uno en el edificio Riosol, que es bastante curioso porque movimos la cocina directamente al punto opuesto de la casa, porque era la manera de unir el espacio de día completamente a la zona de vida común en un área. Además, la vivienda nos permitía descomponer baños en piezas y generar espacios de circulación que tuvieran más de una función. En el caso de la otra casa, es una reforma más pequeña, con un presupuesto más limitado y el objetivo era hacer un espacio común entre cocina, comedor y salón para poder tener un control por ejemplo de los niños mientras se está cocinando. Como es una casa pequeña, intentamos recuperar el máximo espacio posible de los espacios de circulación para sacar un segundo aseo, y la división es a través de una medianera equipada con espacios de almacenaje.