- El arquitecto cerrará el próximo 16 de noviembre el ciclo de conferencias organizado en el marco del Día de la Arquitectura
La exposición ‘Objetivo. Lo Moderno’ que se expone en el Museo Patio Herreriano con motivo del Día de la Arquitectura es un homenaje a todas aquellas obras que forman parte del movimiento moderno en Castilla y León. Por eso, contar con el presidente de la Fundación DOCOMOMO Ibérico, Celestino García Braña, como uno de los ponentes del ciclo de conferencias organizado alrededor de este día supone el broche perfecto a esta edición.
Profesor de la Escuela de Arquitectura de A Coruña, el arquitecto García Braña ha sido también decano del Colegio de Arquitectos de Galicia y es miembro de la Real Academia Gallega de Bellas Artes. Es además autor de diversos libros como ‘Arquitectura Moderna en Asturias, Galicia, Castilla y León. Ortodoxia, Márgenes y transgresiones’. García Braña ha ganado numerosos premios a nivel nacional y europeo.
El próximo 16 de noviembre a las 20.00 horas ofrecerá en el Museo Patio Herreriano la charla ‘DOCOMOMO Ibérico: La creación de un patrimonio arquitectónico moderno’.
–El tema de la exposición del COAVA es la mirada de los arquitectos a la arquitectura del movimiento moderno. ¿Cómo puede la fotografía mostrar la esencia de este tipo de edificios?
–Toda mirada al pasado revela no solo lo que ve sino la intencionalidad del presente desde el que aquel pasado se contempla. Lo que viene a decirnos que entre lo que pretendemos fotografiar y lo que existe hay una distancia que informa, tanto, acerca de la naturaleza del pasado como de la mirada del presente. Ortega decía que cada veinte años cambia la forma de pensar, creo que otro tanto podría decirse de la manera de fotografiar. Es decir, cada generación tiene su propia forma de mirar y, al hacerlo, expresa los aspectos que llaman su atención. En DOCOMOMO Ibérico estamos dando mucha importancia a esta cuestión e insistimos en fotografiar de nuevo aquel pasado. Los primeros grandes fotógrafos de estas arquitecturas, los que las observaron cuando estos edificios se construyeron, como Catalá Roca, Kindel, Pando, y tantos otros, resaltaron unos aspectos que no tienen por que ser los que más interesen en el presente, o al menos no serán los únicos. No hay grandes novedades en la historia de la Grecia clásica, sin embargo se siguen escribiendo nuevas historias de aquella cultura. Esto es lo interesante: la renovada capacidad de interpretar aquellos pasados.
–¿Cuál fue el germen de la fundación DOCOMOMO?
–Creo que el comprobar cómo estaban desapareciendo importantes edificios de esa época y la consecuente toma de conciencia acerca de la manera de evitarlo, en la medida que suponía unas pérdidas que empobrecían nuestra cultura y, en caso extremo, imposibilitar la comprensión acerca de lo que realmente nos ha hecho ser como somos, arquitectónicamente entendido.
–¿Qué logros destaca desde su creación?
–Sintéticamente: elaborar un registro exhaustivo de los edificios que constituyen aquel patrimonio, acercar este conocimiento a la sociedad a través de nuestra renovada página web (con más de 50.000 documentos, mapas, líneas de tiempo, fotografías, tesis doctorales…), el programa de señalización de aquellos edificios en muchos casos por iniciativa de sus propietarios (lo que llamamos Placas DOCOMOMO), doce congresos en que se analizaron cuestiones centrales acerca de aspectos significativos de estas arquitecturas y la participación en el Plan Nacional para la Conservación del Patrimonio Cultural del siglo XX, de iniciativa auspiciada por el Ministerio de Cultura y que, ahora, se ha transformado en el Plan Nacional de la Arquitectura Contemporánea. A partir de aquí, puede decirse que los grandes ejemplos de estas arquitecturas modernas tienen tanto valor patrimonial como los grandes edificios de cada época pasada ¡ni más ni menos!
–Sobre la exposición de Patio Herreriano, ¿cree que los autores de las fotografías han logrado reflejar el valor patrimonial de las obras representadas?
–El hecho de que se haya realizado ya es muestra de ello. En todo caso he disfrutado mucho contemplándola y comprobando, una vez más, como cada renovada mirada al pasado enriquece nuestro presente.