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COLEGIO DE ARQUITECTOS

COLEGIO DE ARQUITECTOS

«Entre los numerosos edificios industriales de Valladolid, los de TAFISA están en primer lugar»

  • Dentro de la arquitectura industrial vallisoletana, ¿qué lugar ocupa TAFISA?

Entre los numerosos edificios industriales de Valladolid los de TAFISA se encuentran en el primer lugar. Primero, porque el hecho de su inclusión en el registro DOCOMOMO se debe a su propia calidad arquitectónica. Segundo: porque, aunque hay otros dos registrados (el Matadero municipal y las Oficinas de aceites Hipesa), los de TAFISA son los únicos que aún mantienen el uso industrial para el que se proyectaron originalmente.

  • ¿Cómo podría definirse el estilo del trabajo conjunto de Antonio Vallejo y Santiago de la Fuente? ¿Qué papel tuvieron en la arquitectura española de los años 60?

Ambos eran unos jóvenes y dotados arquitectos que se encontraban en el inicio de su carrera profesional; hasta este encargo se habían dedicado a realizar concursos con otros compañeros. Al finalizar sus estudios, Antonio Vallejo trabajó con su padre, que era un reconocido arquitecto en Madrid, y con él realizó el Colegio de la Sagrada Familia de Valladolid (también DOCOMOMO).

Nuestros arquitectos son reflejo de la dura época en la que vivieron. Tras unos años de participación en concursos y de la construcción de algunos edificios, se dedicaron a la administración estatal, donde ocuparon distintos cargos. Ellos son una muestra de cómo se difundían en España los planteamientos más novedosos de la arquitectura contemporánea de aquellos momentos: la arquitectura brutalista (denominada así por el uso extensivo del hormigón visto) y las propuestas de los Team X.

  • ¿Qué elementos decorativos de TAFISA enlazan al edificio con la arquitectura europea de mediados del siglo XX?

No se trata de utilizar elementos decorativos, sino del uso de nuevos métodos para proyectar,  de la incorporación de nuevos sistemas estructurales, de renunciar a la decoración añadida para que el edificio se exprese a través del propio material con el que se construye, y de que sea adecuado al uso de las máquinas y de las personas.

  • El complejo de edificios fue diseñado para cumplir con su función de fábrica, pero ¿está además integrado en el entorno en el que se sitúa?

La integración en el entorno no era unos de los objetivos principales para un edificio fabril en los años sesenta; más bien era la utilización adecuada de su potencial. En este sentido la fábrica reactivó durante unos años el uso navegable del Canal de Castilla para el transporte de madera y se realizó un sistema de depuración, aún muy primario, de las aguas que vertía al río Pisuerga.

  • Como demuestra la placa DOCOMOMO, TAFISA tiene un especial valor patrimonial. ¿Debería el edificio conservarse tal y como está actualmente?

Un edificio no es un objeto inmutable, mucho menos uno destinado a la industria y que ha estado en uso durante casi sesenta años. Durante su vida debe adecuarse a los cambios de producción, acoger nuevas y más grandes maquinarias, etc. Pero esto no significa que no se pueda hacer con respeto, cuidando sus características esenciales. Los edificios de TAFISA tienen que mantenerse y, a la vez, tienen que servir a su finalidad industrial; su supervivencia requiere sensibilidad y actuaciones que conserven sus cualidades. Esa es la misión que ahora nos toca: preservar su valor patrimonial, manteniendo su uso, y legarlo a las siguientes generaciones para que reconozcan los valores culturales de una época.